Lectura: Lamentaciones 3:55-57 "55 Invoqué tu nombre, oh Jehová, desde la cárcel profunda; 56 Oíste mi voz; no escondas tu oído al clamor de mis suspiros.57 Te acercaste el día que te invoqué; dijiste: No temas"
Meditación: A Dios le gusta escuchar nuestros suspiros. Con esto no estoy diciendo que Dios se recrea en nuestro sufrimiento sino que le complace ver a sus siervos poniendo toda la confianza en Él. Que no busquemos otro consuelo sino su persona.
Él se acerca a ti hoy y te dice: No temas. No importa cuán profunda sea tu cárcel, Dios va a estar contigo en cada momento y en su tiempo te va a dar libertad. No quieras hacer ningún túnel para escapar porque Dios es el único que tiene las llaves.
Espera en el Señor y deja que cumpla sus propósitos. No saques la plata del fuego antes de que sea purificada. Te ama y no va a permitir que sufras más de lo que puedes soportar.
Oración: "Señor, venimos con corazones dispuestos a pasar por el fuego que tienes preparado para purificarnos, que no huyamos sino que en tu poder salgamos fortalecidos y en victoria, ayúdanos a confiar cada día más. En el nombre de Jesucristo. Amén"
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