Lectura: Ezequiel 33:6-7 "6 Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, hiriere de él a alguno, éste fue tomado por causa de su pecado, pero demandaré su sangre de mano del atalaya.7 A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte"
Meditación: Dios nos ha puesto para ser atalayas en esta tierra. Hay dos funciones en el atalaya de hoy en día.
Una es avisar a nuestros hermanos acerca de conductas erróneas, caminos que llevan en ignorancia y nosotros conocemos el final. No nos callemos cuando veamos peligrar a los hijos de Dios sino que los aconsejemos y los guiemos hacia una vida que sea del agrado de Dios y sean así librados de caer en pecados.
Y la otra es avisar a los que no conocen de Dios. Debemos decirles lo que Dios pide de ellos y presentarles el evangelio de salvación. Porque si no lo hacemos así, Dios va demandar la sangre de ellos de nuestra mano. Sé un buen atalaya y cumple tus funciones.
Oración: "Dios, gracias por este día, gracias por todo lo hermoso que tienes preparado para hoy, queremos ser buenos atalayas, danos discernimiento para poder ayudar a nuestros hermanos y te pedimos valentía para presentar el evangelio a los que no te conocen. En el nombre de Jesucristo. Amén"
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